una tortola

Ahí estas,tortola plateada, oigo tu dulce arrullo.
En el muro del jardín aguardando a tu compañero, que a buen seguro no esta lejos.
Pues desde aquella primavera te acompaña de por vida.
Levantas la vista, le ves en lo alto, y antes de que te atrape la hiedra, que parece reptar hacia ti,de un salto alzas el vuelo. Impulsada por la necesidad de sentirlo cerca, de notar su calor.
Te reunes con tu otra mitad, que te recibe con una caricia.
Alli quedan las tortolas acicalandose mutuamente, no nos entrometamos más..