jueves, agosto 02, 2007

En nombre de la libertad

Todo estaba en silencio,nada le molestaba. Tan solo unos pequeños rayos de luz ,que se colaban por las rendijas de la esterilla que hacia de persiana, osaban molestarle. Como reprendiéndole su actitud de permanecer postrado en su cama.
Sabía que tenía que levantarse y bajar a los huertos de amapolas o si no los señores le castigarían.
De repente, la quietud de la casa se volvió estruendo, los perros alborotados advertían sobre algún extraño que se aproximaba.
De repente entro su mujer apresurada
-Ali rápido levantate, se acerca alguien-dijo la mujer azorada
El se levantó y vistió rápidamente y mesándose la barba empezó a hablar para sí.
-¿Quien sera?, no esperamos a nadie.¿ Quien querrá ver a un viejo cabrero y a su familia?
Se quedo oteando el horizonte, hacia donde miraban los perros, intentando descubrir algo.
Poco después, pudieron apreciar el sonido de un motor.
Un todo terreno llego apresurado, haciendo que las cabras de la explanada se desperdigasen. Los hijos de Ali que pastoreaban el rebaño, tras un momento de duda, salieron tras ellas para evitar unos azotes de su padre.
Cuando volvieron por la tarde, encontraron la choza en llamas, sus padres yacían muertos junto a la tapia del aprisco de las cabras, acribillados a balazos.
Los niños no sabían que hacer, estaban solos en aquellas montañas anochecía, hacia frío y no tenían donde guarecerse o ni que comer.
Tras un rato Hamma el mayor de los niños, mando a su hermano meter las cabras en el redil y mientras el apagaba las llamas.
Una vez los animales encerrados mando a su hermano entre ellos.
-Desprenden mucho calor, metete entre ellas para que no pases frió. Yo voy a buscar al tío.
Tras convencer a su hermano, el chico bajo al valle, donde tras atravesar los inmensos campos de opio de los señores de la guerra, llego a la casa de su tío Omar.
Tras contarle lo sucedido, subieron a buscar al pequeño y el rebaño.
Llegaron ya de noche, acompañados por una luna llena, que parecía perseguirles, como el fantasma de sus padres muertos esa mañana.
Tras consolarles y darles de comer, Hamma le pregunto:
-¿Quienes mataron a mis padres?¿Que han hecho para merecer este castigo?
Su tío le respondió:
-fueron unos soldados de un país lejano que piensa que impone su parecer a golpe de pistola, tus padres no hicieron nada malo, solo haber nacido en este país.
En nombre de la libertad, someten bajo su yugo, al que no comulga con sus ideas, al que les hace sombra, al que no cree que este sea el camino...
Rezad por vuestros padres, pero rezad también sobrinos por ellos, pues el ansia de poder les ha envilecido tanto que ya no son sino animales sedientos de sangre.


Pocos días después, la noticia llegaba a varias agencias de noticias occidentales, un grupo de soldados había matado sin preguntar a un matrimonio de campesinos en un país de oriente, no habían ofrecido resistencia, ni siquiera eran culpables de terrorismo, pero fueron asesinados.

Sonaron los teléfonos de las redacciones, alguien de las altas esferas aconsejó ( pues el no amenaza) que la noticia desapareciese.
En cambio, sugirió una nota económica, el producto interior bruto estaba mejorando por la demanda de material bélico.

1 Comments:

At 10 agosto, 2007 16:52, Blogger Elendaewen said...

Daños colaterales. Así lo llaman, desgraciados.
Muy bueno Gaitero.
Saludos.

 

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